Page 91 - LibroDigital Reconocimiento - Florencio 2017
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Inmaculada Sánchez Casado
dirección mantiene algo común en su quehacer, lo que ocurre es que además de esa magia
personal siempre ha sabido rodearse no sólo de una particular Campanilla, sino que el propio
destino, la diosa victoria, le ha proporcionado muchas hadas, muchos niños, muchos países
de nunca jamás para construir un universo propio.
A veces tan grande y tan extenso que le resultase difícil conocer a toda la tribu, el horario
de juegos y las batallas pendientes con el capitán Garfio. La verdad es que contar con un
personaje como capitán Garfio, nunca resta eficacia, por contra depura y magnifica el
resultado. Haciendo que la victoria sea más dulce de paladear e intensa en la emoción. Sin
embargo, lo curioso de todo es que como gran mago, suele agrandar el día, y en vez 24 horas lo
multiplica o lo enlentece, permitiendo así que pueda participar en varios eventos, tribunales,
clases,... Cosa aparentemente imposible, pero posible con su capa de la invisibilidad, (aunque
creo que Potter, se la ha dejando en muchas ocasiones!).
Un país especial como antes decía, el mundo de la cátedra internacional en Psicología,
referenciada en la localidad de Guadalupe, o la concesión del doctor honoris causa de
la Universidad de Paraguay,... Está claro, que Florencio Vicente seguirá por lustros, en
condición de emérito o no, referenciando una época concreta, la época del siglo XX en el
Departamento de Psicología de nuestra Universidad. Es fácil mirar atrás y recorrer el río,
identificar los meandros y adivinar las riadas. Nunca el agua volverá a recorrer ese mismo
camino, de ahí el respeto al pasado, a lo ocurrido, con momentos dulces y amargos, con
miradas cercanas, duras o inexistentes, con iluminación más o menos velada. La vida siempre
es sencillamente un tornasol, es lente ambivalente de luz, color y sonido y eso es signo de la
humanidad más sublime. Al final, lo mejor de cada persona es ser lo que es, ser el mismo, y
creo que el Dr. Florencio Vicente Castro es él, es Florencio Vicente, sin más. No todo el
mundo puede conseguir que su propia historia sea reconocida como su propia marca, y ahí
es donde radica su singular valor. Un recuerdo que concitará afectos sin duda, más cuanto
pase, como todo, más tiempo.
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