Page 96 - LibroDigital Reconocimiento - Florencio 2017
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Isidoro González Gallego
FLORENCIO EN EL QUEHACER
i, es verdad, cuando los ojos claros, sonrientes y pícaros de Florencio te miran, captas
que te mira… otra mirada. El horizonte interno de sus ojos llega tan lejos, que sin
Sduda te perderás si pretendes penetrar en ellos hasta más allá de donde habita el arco
iris. Pero si no entras, y tan sólo te asomas, el fondo es tan profundo que nunca lo llegarás
a vislumbrar, abajo, en sus honduras, donde sabes que brota el agua de la sabiduría. Así que,
deja que él te mire.
De todas formas, esos ojos están mirando siempre más allá de ti. No ya sólo en términos de
psicólogo, sino de trotauniversidades, que lo mismo está en Paraguay que en Sicilia, en el
Reino Unido que en Méjico… Pero de psicólogo, claro, también; porque eso de la psicología
llega a imprimir carácter. Un día le remití un whats en el que le decía “¿Por dónde andas,
Florencio?”. Y él, me contestó “Quieres decirme que por qué hace mucho que no te llamo”.
Tenías razón, Florencio, porque últimamente, querido Florencio, tenemos muchas razones
para llamarnos. Tenemos mucho de qué hablar. Mucho que imaginar. Mucho en qué soñar.
Bueno… tenemos mucho que hacer.
¿Qué tenemos que hacer, nosotros, que somos, ya, dos “eméritos”?. Pero, caramba, ¿No
hemos hecho ya bastante?. ¿Nos queda más quehacer para hacer?
No, Florencio, todavía no habíamos hecho bastante. Nos quedaba el desenlace del quehacer
o la apoteosis final que debe ser siempre, en este teatro, o en este circo, que es la vida, lo
mejor de la función.
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