Page 89 - LibroDigital Reconocimiento - Florencio 2017
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Inmaculada Sánchez Casado






                     ablar de Florencio Vicente, es relativamente fácil pero contradictoriamente difícil.
                     Me explico, fácil porque es y ha sido una persona afable en su trato, muy conocida
            Hen el mundo universitario, tanto dentro de nuestra comunidad, como a nivel nacional
            e internacional. Docto en el hablar, de escritura cálida, ágil análisis y sobre todo delicada
            visión estratégica. Cosa ahora tan importante porque la competencia comunicativa no sólo
            aborda una competencia discursiva, lingüística, sociocultural, pragmática,... sino también
            acción intencional y de estrategia. Florencio domina todas las anteriores pero especialmente
            aquella comunicación que moviliza, que empuja directamente su caminar hacia nuevos retos
            y donde nunca ve límites, con todo lo arriesgado que puede suponer “ese modo de estar” en
            el mundo.
            Los que hemos tenido la oportunidad de conocerlo hace mucho tiempo, como docente, resulta
            fácil entender su visión anticipadora y propedéutica.  Y creo que la vertiente antropológica
            siempre ha estado y está presente.  La unidad biopsicosocial se traduce en una mirada del
            “hombre frente al mundo”, o de la historia del hombre frente a su “yo”, quizás casi lo más
            importante. No hace falta recordar su investigación sobre Fray Bernardino de Sahagún y
            su afición por investigar, descubrir y divulgar que estudiamos allá por el ‘87. Tampoco los
            trabajos referidos al Museo Etnográfico de Olivenza. En fin, que su visión de la discapacidad,
            de la gerontología o de la novedosa psicología positiva, arranca de ese transcender acuñado
            desde sus primeras etapas infantiles en tierras aragonesas, sobretodo turolenses. Y cómo no,
            de sus referentes paternos, con la maestría que suele adornar a los cuerpos de enseñanza
            de principios del siglo XX. Allí el Magisterio se cincelaba a pulso, lectura a lectura, clase
            a clase, y dificultad a dificultad. Nada que ver con los actuales profesores de educación
            primaria actual desde esa mirada comprensiva y de ejemplo de superación constante.
            De ahí que encontrar algunos valores originales como “audacia”, disponibilidad y creatividad,
            sean una constante en su vida, validada en muchas ocasiones por la necesidad, la soledad







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