Page 153 - LibroDigital Reconocimiento - Florencio 2017
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Manuel López Risco






            Esto aprendí de Florencio Vicente.
                     ntes  de que  la psicología  positiva  apareciera  en el libro de Maslow  (1954)
                     “Motivation and Personality”,  ya Florencio Vicente, la practicaba, seguramente,
            Apor eso, el término “Flow” (fluir) citado por Seligman y Csikszentmihalyi (2000),
            fuera acuñado pensando en él, porque de Florencio fluye sabiduría pero sobre todo amistad
            y bienestar.

            Hemos sido, compañeros en el Departamento y en la Universidad de Extremadura, pero
            sobre todo, amigos de viaje, en esa aventura del conocimiento que es INFAD. Como a
            Hidalgo cabalgador, te he seguido de Congreso en Congreso, por tus tierras queridas de
            Teruel, Extremadura, España,  Portugal  e Italia, (otros  más afortunados por tierras más
            lejanas), y te he seguido, sorprendido, no sólo por tu sabiduría académica, si no, y también,
            por tu talante conciliador, moderado y prudente. Bien aprendiste de Miguel de Cervantes  y
            practicaste que “Andando lugares y conociendo gentes se hace uno prudente”.

            Lugares y gentes, viajar aprendiendo, y aprendiendo…, compartiendo…, conocimientos,
            emociones, amistades y “contactos”. ¡Dios! Que agenda la de Florencio, desde el Vaticano,
            hasta las Hurdes, por citar algo,  ¡Dios! Que facilidad para rodearse de un Buen Equipo que
            le seguía del uno al otro “confín”. ¡Dios! Que capacidad de gestión y empatía. Recuerdo,
            Florencio, que en todos los sitios, a los que íbamos, ya habías estado tú, guardando para
            nosotros, la mejor vista, la más sabrosa gastronomía, la sabiduría de tus apreciados amigos… En
            definitiva la mejor vivencia archivada en tu corazón para compartirla gozoso y generosamente
            con tu gran familia INFAD.

            Serían muchos los momentos de bienestar a recordar y que, como buen conocedor no sólo del
            paisaje sino del paisanaje, nos ofreciste, y en todos ellos, se hacia efectiva, se cumplía, la cita
            del también sabio viajero José Saramago, “Siempre llegamos al sitio donde nos esperaban”.
            Por eso, no te extrañe que: Siempre, Florencio, amigo. Siempre, Maribel, amiga, llegareis al
            sitio, donde vuestros amigos os estaremos esperando.





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