Page 198 - LibroDigital Reconocimiento - Florencio 2017
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Víctor López Ramos
E l respeto se gana respetando como la valía se gana siendo valiente.
Por eso, cuando muchos de nosotros íbamos a algún lugar universitario Florencio Vicente
seguramente ya había vuelto varias veces del mismo sitio. Algo que se logra con el esfuerzo,
con la búsqueda continua de la coherencia y con el afán de éxito que siempre observé en
él y del que siempre intenté aprender. Conocerlo como profesor hace ya treinta años y
posteriormente como compañero de batallas universitarias durante los últimos quince ha
sido, sin duda, una de las experiencias más interesantes, inquietas y enriquecedoras que he
podido tener en mi trayectoria profesional y, en general, en mi propia vida.
Como muchos, siempre consideré a Florencio una referencia universitaria de primer nivel
en un ámbito tan necesitado de líderes como es el de la formación inicial del profesorado.
Una referencia como docente, que obtiene su mejor evaluación en el reconocimiento de
sus alumnos, en el aprecio de sus compañeros de trabajo y en la inigualable estima que
generó siempre como profesor, que son, al fin y al cabo, la distinción que solo consiguen los
buenos maestros. Pero, sobre todo, Florencio es una referencia moral, tan profunda como
su particular habilidad para la diplomacia versallesca universitaria y para la honda lealtad
con sus compromisos. Una profesión, una referencia y unas habilidades asentadas siempre en
un talante conciliador y mesurado, inconfundible como su prosa y, en ocasiones, su verso,
teñidos de un acento rayano por el mismo tiempo que le fue reconvirtiendo en un convencido
extremeño sin dejar de ser un sentido y pertinaz aragonés.
Tengan, pues, estas modestas palabras un esencial y claro sentido, el de mi más inconfundible
y personal agradecimiento a alguien que, como todos sabemos, no podrá jubilarse nunca
como profesor, ni como compañero, ni como maestro, ni mucho menos, como amigo.
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