Page 112 - LibroDigital Reconocimiento - Florencio 2017
P. 112

José Luis Álvarez Martínez






                     hora hace 40 años que llegamos a Badajoz y aquí nos encontramos con la agradable
                     sorpresa de encontrarnos a Florencio y Maribel (Fefa, mi mujer, y Maribel eran
            Aamigas desde los comienzos de la carrera en la Universidad de Salamanca)
            En seguida me di cuenta de que a Florencio le vienen de molde la definición de Machado:
            “y/ más que un hombre al uso que sabe su doctrina/ soy en el buen sentido de la palabra,
            bueno”.
            Además de bueno, sabio que la bondad es el fundamento de la sabiduría y sin aquella no se
            da ésta, como señala Juan de Palafox (s.XVIl): “la más alta forma de sabiduría es la bondad”.

            Hace 40 años, Florencio y yo andábamos enredados en nuestras respectivas tesis doctorales;
            él sobre Fray Bernardino de Sahagún; yo, con Miguel de Cervantes pero disponíamos de
            tiempo suficiente para “conversarnos” una botellita de vino y un buen plato de jamón ibérico
            mientras hablábamos de todo. Éramos jóvenes, inquietos y señores del tiempo.

            Cuando fue nombrado Secretario General de la Uex le copié unos famosos versos de las
            Tristes de Ovidio (I, 9) “Doñee eris felix, multos numerabis amicos/ témpora si fuerint
            nubilia, solus eris” El latino, al contrario de Florencio, no tuvo la precaución de separar el
            buen trigo (los amigos verdaderos) de la paja estéril (los aduladores) porque en la era de la
            vida debemos aventar la mies para separar el trigo, amigo y fecundo, de la farfolla estéril.
            Así, Florencio cuece su pan en el horno de la entrega generosa y desinteresada de sus
            profundos conocimientos, su habilidosa gestión, su impagable ayuda y su cariñosa cercanía:
            los que lo busquen disfrutarán de este banquete.


            Mientras somos devorados sin piedad por Kronos, nunca deja pasar de largo a Kayros (la
            ocasión), diosecillo alado, cabeza calva pero con un copete en la frente: o coges la ocasión
            de frente o la pierdes irremediablemente. Florencio nunca deja pasar la ocasión (Kayros) de
            hacer generosa donación de su sabiduría, su trabajo, su bonhomía y su cercanía. Por todo
            ello, ¡muchas gracias, amigo!




                                                                                                       111
   107   108   109   110   111   112   113   114   115   116   117