Page 11 - LibroDigital Reconocimiento - Florencio 2017
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Agustín Dosil
UNA CONVERSACIÓN INACABADA
ebes conocerle, debes conocerle, me decía y repetía un prestigioso profesor
universitario amigo de ambos. Y le conocí, con ocasión de la presentación y defensa
Dde una tesis doctoral. Pude constatar, como me habían dicho, sus amplios y profundos
conocimientos reservados sólo a unos pocos. Por supuesto en el tribunal, pero, sobre todo,
más tarde en una larga, muy larga y personal conversación que con tal motivo hemos iniciado
y que después de bastantes años todavía no hemos terminado y no se vislumbra de que vaya
a acabar pronto.
Hablar con Florencio es muy fácil, y entenderle, comprenderle, estimarle y quererle todavía
más. La empatía con una persona de semejante talla está asegurada. En cualquier cerebro
medianamente sano el contagio emocional con su persona está garantizado.
En esa larga pero animosa conversación con nuestro amigo, hubo momentos especiales que
fueron ahondando nuestro afecto y amistad. A modo de ejemplo me referiré a tres de ellos:
Al primero vamos a llamarle “Un museo etnográfico visitado de noche”: Me sorprendió que
a nuestra llegada a la ciudad de Olivenza, ya muy adentrada la noche, y en un fin de semana,
un policía municipal nos abriera el museo para que pudiéramos verlo. Luego supe el por qué.
Nuestro amigo había diseñado y creado el museo. Una de las muchísimas empresas que había
llevado a cabo. No tenía ni idea de ello.
Al segundo lo bautizamos: “El estudiante más pobre ya podía seguir estudiando”. Ocurría en
un pueblo de Ecuador, lejos de la gran ciudad. En la visita a un centro de formación de una
Diócesis, nuestro amigo pregunta: ¿Y cómo se arregla usted, Señor Obispo, para que estos
muchachos puedan seguir formándose en estas circunstancias y en este contexto?.
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