Page 102 - LibroDigital Reconocimiento - Florencio 2017
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José Antonio Corraliza
lorencio Vicente Castro, profesor, investigador, impulsor de iniciativas científicas
de relevancia académica y, sobre todo, un buen amigo, una buena persona que sabe
Festar cerca cuando alguien lo necesita. Con estas breves líneas sólo quiero sumarme
modestamente al reconocimiento del trabajo, muchas veces silenciosos, que el profesor Vicente
Castro ha realizado para impulsar el desarrollo científico e institucional de la docencia y la
investigación en distintos ámbitos del conocimiento de la Psicología y las Ciencias Sociales.
Me viene a la memoria de nuestros primeros encuentros en Badajoz, junto a su generosa
cercanía, la capacidad impulsora de proyectos e iniciativas que aprendí de Florencio. No
había horizonte que no quisiera escrutar, ni meta que no quisiera alcanzar. Cuando le conocí
no sólo supe de su inquietud por desarrollar con pocos medios proyectos de investigación,
sino también de su afán por crear redes de investigación y de producción de conocimiento a
partir de su permanente esfuerzo por crear redes de personas. Uno de los aspectos que más
me impresiona es su idea de que la tarea de la investigación y el avance del conocimiento
en Psicología es siempre una tarea inconclusa que requiere más y más esfuerzos, más y más
trabajo, más y más entusiasmo. Y así le veo yo: una persona que siempre ofrece más y más
esfuerzos, más y más trabajo, más y más entusiasmo. Me recuerda esa idea de T.S. Eliot según
la cual, en el principio nos movemos por resolver enigmas y, después de todo el esfuerzo, el
resultado es… un nuevo enigma, una nueva fuente de curiosidad intelectual y científica. Esta
es, junto a la honestidad intelectual y la amistad leal, una de las más valiosas lecciones que
aprendí de él: La curiosidad del investigador es infinita, como es la del Profesor Florencio
Vicente Castro.
Su actitud y su estilo me hacen evocar muchas de las connotaciones de una palabra que yo,
como uno de los personajes de Luis Landero, aprendí también en mi infancia extremeña: la
palabra afán. El afán es ambición y templanza, fuerza y fragilidad, es orgullo y modestia…
Pero, sobre todo, el afán es la motivación de la inquietud infinita, de las ganas cargadas de
honestidad de llegar a más y hacerlo mejor. Todo esto lo he aprendido también del profesor,
del compañero Florencio Vicente Castro. Gracias, muchas gracias, amigo. Y por muchos
años.
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